Querido Romano:
El último día que te vio lloró. Lloró mucho.
Esas extrañas lágrimas que a veces le caen.
Es rara hasta para eso.
Empezó a salir agua de sus ojos.
Agua contenida.
Llegada de ese pozo donde vas acumulando líquido
Siempre le recuerda a los cubos que poníamos en el patio para recoger el agua de lluvia.
Pensaba que sabor tendría. Se sorprendía que su tacto fuera tan cálido. Incluso en invierno, le quemaba la piel ese agua celestial. Tan bien recibida.
Siempre le dijeron que no se debía beber, sólo servía para regar las tomateras.
Sé que hoy cuando llueve, abre la boca y las traga.
Algunas caen en su garganta, casi directas al esófago y bailan en su pequeño estómago
Creo que debe de ser entonces cuando se amontonan
y creo que fue al verte, cuando se derribó el dique
Había reído mucho antes contigo
Había sido tan feliz...
Sin esperanza, sin aspiraciones, sin fe ni ilusiones, pero feliz
Sólo porqué guardabas para ella unos pocos minutos de tu ajetreada vida, sólo porqué podía mirarte a los ojos o tocar tus manos.
Me dijo que tenías la piel tan final, que casi era transparente
El tacto más suave del mundo, pero ya la conoces.
Es tan poética e imaginativa
Tiene esa manía tonta de elevar lo pequeño al cuadrado y se queda con lo más chiquitito
Es una ratona llorona
Es una leona orgullosa
No volverá a llamarte, aunque siga deseando verte
No lo hará
Sólo porqué lloró lluvia
Y sin ruido, silenciosa, muda
Seguirá esperándote en Esparta
Seguirá amándote
¿Te dijeron que ardió Roma?
Hasta el alma me ha mojado, esa lluvia caladera que bajando por la ladera en el pecho se ha instalado. Es genial tu forma de versar, llega a sentirse tan dentro que se vive la experiencia.
ResponderEliminarUn beso de Ángel.
Gracias Ángel. Un fuerte abrazo y muy feliz semana
EliminarUno sólo puede quitarse el sombrero ante tanta belleza contenida en esta especie de lírica narrada, es precioso Amparo, de verdad: felicidades.
ResponderEliminarGracias profe! Me encanta que te encante :)))))
EliminarBesitos