martes, 9 de agosto de 2016

CARTAS A ROMA X.- ADIÓS


Mi querido amor, mi cielo:


Solías decir que tengo demasiada imaginación.
Que la fantasía me ocupaba demasiado espacio.

Te hablé de la dualidad.
Te desnudé mi alma mientras oraba por mostrarte mi cuerpo.
Me decías que dejara de soñar.

Te decía que sin sueños sólo tengo bocas que alimentar,
Corazones que consolar
 Cuerpos tristes que abrazar

Mis historias eran tristes
Aun así aprendí a hacerte reír.

No te hablé de mis largas noches de soledad.
Del inmenso dolor de tu ausencia.
De cuanto añoraba tu barba
Su tacto en mi cuello
En mis mejillas



Acariciada por mis manos
Manos pequeñas
Manos que cavan la tierra
Manos que tocan el aire
Manos que deploran tu tacto

Mi querido Merlín dice que el amor no existe.
Que es un juego de niños donde idealizamos al otro
Le dotamos de cualidades especiales que inventamos.

Amamos un espejismo.
Al comprender que no existe caemos en la desolación, en el desengaño

Puede que tenga razón.
Puede que por eso sigo amándote con esta desesperada angustia.
Por qué no te tuve

No pudiste enseñarme que estaba equivocada.

Me has dado motivos para que te dé la espalda.
Me sobran pruebas de cuánto me ignoras.

Nadie creerá mi promesa de amarte por siempre.

Hasira me saca la lengua cuando me encuentra melancólica
En tu recuerdo, errante
Se burla de mi inocente empeño.

-“Hay demasiados hombres como para que llores por uno”-. Me dice rabiosa con mi abatimiento.

Razonable.
Tan razonable como tú, amor.
No son tú.
No lo son.
Y tú, no estás.

Irrazonable.
Irrazonable como yo, amor.
Eres tú.
Sólo tú.
Y tú, estás en mi interior.

Aunque sea por este empeño ilógico de llevarte conmigo.
Aunque sea por mi cabezonería en permanecer.
O la imposibilidad de escapar a este destino mío del cual te mofas con tanta altanería.

Y hasta eso, adoro en ti.

Intento decirle a Savia que no te escriba.
Mandé una paloma a Montaña para que le advirtiera, que mi único deseo era su recuperación
Que mientras esté convaleciente, yo misma te informaría de mis avatares.



Cuando podamos hablar le diré en persona algunas verdades que ignora o pasa por alto.
Es justo que conozca la verdad y deje de juzgarte por un abandono que sólo nace en su cabeza.
Pues tú nunca me abandonaste.

¿Cómo dejar lo que no se tiene?
¿Lo que no se ha tenido?

¡Ay amor, como amé nuestro espejismo!
¡Ay amor, cuanto lo amo aún!

Es culpa nuestra, que juguemos a este estúpido juego, con la comodidad de que Savia refleje en sus cartas los sentimientos que nuestros labios sellan tan celosamente.

No fue justo para con ella.
Que sufrió por ambos.
No fue justo para nosotros
Que nos acostumbramos a utilizarla para ponerla a nuestro lado
De espaldas al otro.

Nuestro orgullo impide que nos preguntemos directamente si querremos saber del otro.
Mitigamos esta necesidad a costa de su afán en agradarnos.

Intentaré que comprenda que si no estás conmigo es por tu decisión y que yo lo respeto.

Llegamos demasiados cansados a la vida del otro.
Si yo hubiera llegado antes que tú Annia.
Si tú hubieras llegado cuando yo además de soñar, me dedicaba a perseguir mis sueños.

Demasiado tarde
No teníamos oportunidades
No hubo más que encuentros
Fugaces, efímeros y durables

Yo los convertí en eternos y sé que tú también.
Es más fácil vivir con lo que no ocurrió que arriesgarnos a perdernos en este laberinto de obligaciones y demandas que acucian a los amantes.

Ya no respondes ante nadie Marco, salvo ante tu emperador.
¡Cuánta suerte ése César al que consagras una vida que no le pertenece!
Tampoco me pertenece a mí
Ni a ti, por mucho que te empeñes en tu sueño de libertad.
Ningún hombre es libre.
Solías decirlo tú mismo, pero Savia tiene razón.
Tus esclavos aún lo son menos.
No te engañes pensando que les proteges o que deciden.

No hablan mis Dioses ni mi corazón ni mis espíritus.
Te habla mi cabeza.
No hay libertad en las cadenas, sólo aceptación.

Mi corazón te hablaría de recuerdos.
Mi alma de los sentimientos que me despertaste.
Mi cuerpo de cuanto te deseo.

Todo está allí.
Al girar la cabeza.
Tan próximo…
Tan lejos…

El río.
Mi risa.
Tu azoro.
El río.
Tu risa.
Mi azoro.

Vuelvo a menudo.

Bajo de mi caballo.
Me frustro
Me entristezco
Me enfado

No puedo acercarme al lugar de nuestro primer encuentro.
Hay tantas cosas que no puedo hacer.

Quisiera ser como tú
Que no me doliera tanto amarte.
Quisiera ser mejor de lo que soy, para dejarte ir por fin
Buscar un buen compañero
Pasar el resto de mis días dejando que me mimen
Me hagan el amor.

Necesito creer que el amor existe
Que lo tendré y no decepcionará

Savia me ha comunicado su deseo de quedarse como aprendiz de tu médico.
Está deseosa de aprender su ciencia para completarla con los conocimientos que mi viejo hechicero le enseña
Será una buena sanadora.
Sus manos no fueran hechas para dar muerte, como piensas
Sino para dar vida, como le enseño.

Ella también te ama.
No sufras, no hay competición entre nosotras
No nos separará amarte
Primero por qué no serás para ninguna de las dos y segundo porqué si lo fuera seriamos tan felices de ver que entregas tu corazón a una mujer, que eso nos consolaría.

No volveré a escribirte.
Savia tampoco, al menos hablándote de mí.
Así se lo pediré.
Ella es libre de mantener correspondencia con quien quiera, pero libérala de la promesa que te hizo de contarte como estoy.

Quiero acabar con estas eternas despedidas.
No hemos dicho adiós demasiadas veces para una sola vida.

Estoy cansada.

Tú eres hombre de pocas palabras y menos letras.
Sea pues romano.

Amor sigue con salud y fuerza.
Sigue despacio o deprisa.
Conquista o mata
Lucha o descansa
Pero respira, hasta que yo deje de hacerlo.
Es cuanto te pide ésta, tu espartana
Que no vea llegar tu cuerpo sin vida sobre tu escudo.
Si fuera así...
¿Qué sentido tuvo dejarte ir?
¿Cuánto costará mi renuncia?


No vivo en un sueño
Sólo sueño con vivir mis sueños



4 comentarios:

  1. Es que el amor es así, por mucho que le digan los demás. Imagino que la despedida no es definitiva; sólo el cansancio puede con esto, pero no el abatimiento. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola profe:
      No sé que decirte, he escrito varias cartas de continuación y pensado posibles desenlaces pero ninguno me convence. Creo que estoy cansada y necesito dejarla reposar un poco a ver que sale. Besotes :)

      Eliminar
  2. Bueno, es una extensa narración poética que me agota en su lectura.

    También estoy cansado, como tu.

    Atte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Cristobal por tu aportación
      Estamos muy cansados todos, me temo, pero el amor siempre nos revive
      besos

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.