Mi querido amor, mi cielo:
Solías decir que tengo demasiada
imaginación.
Que la fantasía me ocupaba demasiado
espacio.
Te hablé de la dualidad.
Te desnudé mi alma mientras oraba por
mostrarte mi cuerpo.
Me decías que dejara de soñar.
Te decía que sin sueños sólo tengo
bocas que alimentar,
Corazones que consolar
Cuerpos tristes que abrazar
Mis historias eran tristes
Aun así aprendí a hacerte reír.
No te hablé de mis largas noches de
soledad.
Del inmenso dolor de tu ausencia.
De cuanto añoraba tu barba
Su tacto en mi cuello
En mis mejillas
Acariciada por mis manos
Manos pequeñas
Manos que cavan la tierra
Manos que tocan el aire
Manos que deploran tu tacto
Mi querido Merlín dice que el amor no
existe.
Que es un juego de niños donde
idealizamos al otro
Le dotamos de cualidades especiales
que inventamos.
Amamos un espejismo.
Al comprender que no existe caemos en
la desolación, en el desengaño
Puede que tenga razón.
Puede que por eso sigo amándote con
esta desesperada angustia.
Por qué no te tuve
No pudiste enseñarme que estaba
equivocada.
Me has dado motivos para que te dé la
espalda.
Me sobran pruebas de cuánto me
ignoras.
Nadie creerá mi promesa de amarte por
siempre.
Hasira me saca la lengua cuando me encuentra
melancólica
En tu recuerdo, errante
Se burla de mi inocente empeño.
-“Hay demasiados hombres como para
que llores por uno”-. Me dice rabiosa con mi abatimiento.
Razonable.
Tan razonable como tú, amor.
No son tú.
No lo son.
Y tú, no estás.
Irrazonable.
Irrazonable como yo, amor.
Eres tú.
Sólo tú.
Y tú, estás en mi interior.
Aunque sea por este empeño ilógico de
llevarte conmigo.
Aunque sea por mi cabezonería en
permanecer.
O la imposibilidad de escapar a este
destino mío del cual te mofas con tanta altanería.
Y hasta eso, adoro en ti.
Intento decirle a Savia que no te
escriba.
Mandé una paloma a Montaña para que
le advirtiera, que mi único deseo era su recuperación
Que mientras esté convaleciente, yo
misma te informaría de mis avatares.
Cuando podamos hablar le diré en
persona algunas verdades que ignora o pasa por alto.
Es justo que conozca la verdad y deje
de juzgarte por un abandono que sólo nace en su cabeza.
Pues tú nunca me abandonaste.
¿Cómo dejar lo que no se tiene?
¿Lo que no se ha tenido?
¡Ay amor, como amé nuestro
espejismo!
¡Ay amor, cuanto lo amo aún!
Es culpa nuestra, que juguemos a este
estúpido juego, con la comodidad de que Savia refleje en sus cartas
los sentimientos que nuestros labios sellan tan celosamente.
No fue justo para con ella.
Que sufrió por ambos.
No fue justo para nosotros
Que nos acostumbramos a utilizarla
para ponerla a nuestro lado
De espaldas al otro.
Nuestro orgullo impide que nos
preguntemos directamente si querremos saber del otro.
Mitigamos esta necesidad a costa de
su afán en agradarnos.
Intentaré que comprenda que si no estás
conmigo es por tu decisión y que yo lo respeto.
Llegamos demasiados cansados a la
vida del otro.
Si yo hubiera llegado antes que tú
Annia.
Si tú hubieras llegado cuando yo
además de soñar, me dedicaba a perseguir mis sueños.
Demasiado tarde
No teníamos oportunidades
No hubo más que encuentros
Fugaces, efímeros y durables
Yo los convertí en eternos y sé que tú
también.
Es más fácil vivir con lo que no
ocurrió que arriesgarnos a perdernos en este laberinto de obligaciones y demandas
que acucian a los amantes.
Ya no respondes ante nadie Marco, salvo
ante tu emperador.
¡Cuánta suerte ése César al que
consagras una vida que no le pertenece!
Tampoco me pertenece a mí
Ni a ti, por mucho que te empeñes en
tu sueño de libertad.
Ningún hombre es libre.
Solías decirlo tú mismo, pero Savia
tiene razón.
Tus esclavos aún lo son menos.
No te engañes pensando que les proteges
o que deciden.
No hablan mis Dioses ni mi corazón ni
mis espíritus.
Te habla mi cabeza.
No hay libertad en las cadenas, sólo
aceptación.
Mi corazón te hablaría de recuerdos.
Mi alma de los sentimientos que me
despertaste.
Mi cuerpo de cuanto te deseo.
Todo está allí.
Al girar la cabeza.
Tan próximo…
Tan lejos…
El río.
Mi risa.
Tu azoro.
El río.
Tu risa.
Mi azoro.
Vuelvo a menudo.
Bajo de mi caballo.
Me frustro
Me entristezco
Me enfado
No puedo acercarme al lugar de
nuestro primer encuentro.
Hay tantas cosas que no puedo hacer.
Quisiera ser como tú
Que no me doliera tanto amarte.
Quisiera ser mejor de lo que soy,
para dejarte ir por fin
Buscar un buen compañero
Pasar el resto de mis días dejando
que me mimen
Me hagan el amor.
Necesito creer que el amor existe
Que lo tendré y no decepcionará
Savia me ha comunicado su deseo de
quedarse como aprendiz de tu médico.
Está deseosa de aprender su ciencia
para completarla con los conocimientos que mi viejo hechicero le enseña
Será una buena sanadora.
Sus manos no fueran hechas para dar
muerte, como piensas
Sino para dar vida, como le enseño.
Ella también te ama.
No sufras, no hay competición entre
nosotras
No nos separará amarte
Primero por qué no serás para ninguna
de las dos y segundo porqué si lo fuera seriamos tan felices de ver que
entregas tu corazón a una mujer, que eso nos consolaría.
No volveré a escribirte.
Savia tampoco, al menos hablándote de
mí.
Así se lo pediré.
Ella es libre de mantener
correspondencia con quien quiera, pero libérala de la promesa que te hizo de
contarte como estoy.
Quiero acabar con estas eternas
despedidas.
No hemos dicho adiós demasiadas veces
para una sola vida.
Estoy cansada.
Tú eres hombre de pocas palabras y
menos letras.
Sea pues romano.
Amor sigue con salud y fuerza.
Sigue despacio o deprisa.
Conquista o mata
Lucha o descansa
Pero respira, hasta que yo deje de
hacerlo.
Es cuanto te pide ésta, tu espartana
Que no vea llegar tu cuerpo sin vida
sobre tu escudo.
Si fuera así...
¿Qué sentido tuvo dejarte ir?
¿Cuánto costará mi renuncia?
No vivo en un sueño
Sólo sueño con vivir mis sueños
Es que el amor es así, por mucho que le digan los demás. Imagino que la despedida no es definitiva; sólo el cansancio puede con esto, pero no el abatimiento. Besos.
ResponderEliminarHola profe:
EliminarNo sé que decirte, he escrito varias cartas de continuación y pensado posibles desenlaces pero ninguno me convence. Creo que estoy cansada y necesito dejarla reposar un poco a ver que sale. Besotes :)
Bueno, es una extensa narración poética que me agota en su lectura.
ResponderEliminarTambién estoy cansado, como tu.
Atte
Gracias Cristobal por tu aportación
EliminarEstamos muy cansados todos, me temo, pero el amor siempre nos revive
besos