sábado, 28 de septiembre de 2013

NO ESTARÉ


María se acerca al ocaso. Su niño hombre duerme. Su hombre niño ha volado. Acaso. 

Piensa que hoy está y mañana se habrá ido. Otra desilusión, otra espera sin fruto, otra noche oscura...
Pinta pinceladas de recelo y borda sábanas de olvidos. Todos se fueron. Vinieron y se fueron. Mareas de rostros que no saben mirar y que miran cuando no queda nada.
María se pincha el dedo con la aguja del llanto y brotan gotas de sangre seca. Se secó esperando que corrieran por sus venas las ganas y congelada su esperanza vela en sus inciertos pensamientos.
Se quemó las canas en los fogones. Cocinando manjares que no comió nadie y se prometió no volver a encender un fuego. Duele demasiado apagarlos. Vagó de nuevo sola por las calles y vio a otros acompañados de sombras, pero a ella su sombra la abandonó hace tiempo.
Se desintegró para ocupar espacios de tiempo vacíos y el tiempo ya se había llenado con otras cosas más importantes que su corta presencia



Es una mujer sin rastro. No deja su paso y no pueden seguirla. Tampoco quieren hacerlo hasta que es demasiado tarde y entonces la lluvia borra sus huellas en el fango. Siempre mete los pies en el barro y se los llena de arena mojada.
Comprendió que la soledad se pega al alma y nadie puede despegarla. Que no vale la pena creer en las promesas no pronunciadas y que hay que desconfiar de las que se pronuncian. Ella sólo promete lo que puede cumplir.
Intentó escalar otra cumbre, pero en las cuestas se ahoga y los otros siempre quieren subir más alto y ella arrastra su peso detrás, intentando seguir el ritmo. No puede subir esa montaña. En la cumbre sólo hay otra montaña más y después otras. Cadenas interminables de montañas y ella soñó un valle.


Debe conformarse. Es lo que hay y hoy no sonarán campanas. Los templos se han cerrado y los oasis se han secado. Mañana volverá salir el sol y será otro día lleno de esperanzas y mañana puede que María no estará para esperanzarse. Puede que simplemente no esté. Puede que se rinda y ya no deje abierta la puerta. Puede que la deje abierta y no esté tras ella. Puede que mañana no exista y hoy se perdió en otro desencanto.
!Que pena que no sepan disfrutar lo que tienen!.- Piensa viendo a los visitantes de su mente.- !Que pena que cuando por fin me quieran no me tengan presente! !Qué pena que me dejen ir con el poco esfuerzo que requiere mantener mi amor intacto!
Volará Maria de nuevo hacia su mundo y allí esconderá de nuevo sus alas y no las sacará hasta que sepa que esta vez podrá volar. Esta es su promesa. La que no conocen. Este es su aprendizaje, que tan duramente le ha sido enseñado. Que se pierde lo que no se cuida, que se seca lo que no se riega, que se olvida todo lo importante, que el amor crece despacio pero crece fuerte si lo mimas. Que mañana no existe y hoy se ha perdido. Ojalá que el sueño la cure y la visite el alba y que haya suerte y cuando despierte continúe quedándole algo de la ilusión que otra noche más, le han quitado. Ojalá que María esté mañana. y ojalá que sepan verla antes de que se vaya del todo.
Quizás la equivocación de la inocente María es seguir creyendo que esperando se consigue algo y no entender que contra menos esperas, menos es la decepción. Ninguna expectativa, igual a ningún desencanto. Contra más subes, más alta será la caída, oyó decir. Pero si acaba creyendo algo así, no será María y no volarán para ella las mariposas en su estómago y esta mujer sin rostro necesita mariposas para vivir enamorada.
Ojalá María tenga alguna vez mariposas en las manos, en los ojos, pegadas a su vestido rojo...Y ojalá yo lo vea

viernes, 27 de septiembre de 2013

SILENCIO


El silencio es tan denso
Mis inviernos son tan largos

El sol calienta tan poco
Me quedo con las manos vacías 
Intentando tocar tu halo
Soy resplandor que huye confundido en la oscuridad

Sigo esforzándome. Sigo intentado. Sigo
Más así no
Saliendo de este enredo tenebroso en que me lío
Aquí me quedo
Esperando aprender a escuchar
A ser escuchada
Soñando entender
Ser entendida
Anhelando razones
Sin razones
Sigo intentando decir quien soy
Y no ser quien quieren que sea
Me llevo mis restos para esconderlos esta noche
Cuando todos duerman
Es cuando todo tiene sentido
Y siento
Más así no
Estoy despierta
No he dormido
Tengo calor, tengo frío
Mi temperatura varía en base a los grados de amor que percibo y que recibo
Ausencias reales que me vacían
Ausencias irreales que me llenan
Adelante
Recta o curva
Y quiero bañarme en el río
Quiero conquistar el Nilo
Quiero buscar caracoles
Los últimos me los he comido
Coger setas en el campo
Y reírme a mi capricho
Así sí
Así lo he decidido
De este silencio ingrato
Huyo
No quiero su castigo